Una de las pruebas que resultó más divertida a los participantes en la Gymkhana fue la nueve, que obligaba a comparecer ante las jueces acompañados por un animal de la misma especie que el que tuvo Hércules que sacar a la luz del día, profiriendo horribles aullidos. Como nadie había llevado su mascota para el evento (no había casilla reservada al efecto en el impreso de inscripción), fue obligado pedir a dueños de canes que paseaban por el Paseo de Fernán Núñez que los prestaran por un momento, acabando inmortalizados por obra de la cámara de Loreto en una especie de casting canino.
La palma se la llevan los que consiguieron no uno, sino tres. ¿Será por aquello de que Cerbero tenía tres cabezas?
Este último grupo se tendría que haber llevado más puntos, porque trajeron una versión más auténtica de Can Cerbero: 3 perros.
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