|
Ítaca- Gruta de las Ninfas |
Siguiendo las instrucciones de la ojizarca Atenea, Odiseo tiene bien guardados en los escondrijos
de la cueva sombrosa y amena, recinto de las ninfas del agua que llaman las náyades los tesoros que compartirá con quienes más se asemejen a él en astucia, maña y sapiencia. No son
piezas de oro y de sólido bronce ni preciosos vestidos, regalos del pueblo feacio, pero sí alegrarán a los
catorce grupos que consigan mayor puntuación en las pruebas, pues debe tenerse en cuenta que
no se trata de hacer todo corriendo y llegar el primero, sino de salir con bien de cada dificultad, como Odiseo de la caverna del
Cíclope (no vale decir lo mismo, claro está, para los compañeros que fueron engullidos por el poco hospitalario hijo de Posidón).
Y como la diosa
Nike no puede contentar a todos, dejaremos que otra divinidad no menos potente,
Tyche, favorezca con sus dones a una cualquiera de las naves,
mediante el clásico procedimiento de echar las suertes. A Odiseo, tan a menudo hambriento, le habría gustado formar parte de la tripulación de ese barco...
(¿Alguien necesita más pistas? ¿No sueñas con dulces griegos? Será porque no los has probado...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario