Buscamos, para la Gymkhana, jóvenes de ambos sexos que no se conformen con observar el mundo sin más, sin hacerse preguntas sobre si las cosas que vemos han sido siempre de la misma manera o han ido cambiando en el curso de los años, y qué interpretaciones se han dado de ellas. Jóvenes curiosos que vean tras una estrella, un árbol, una flor, un animal, una roca algo más que objetos animados o inanimados: la oportunidad de recorrer un camino que les conduce ante las más variadas explicaciones, míticas o científicas, que hayan podido darles los creadores de nuestra cultura occidental: los griegos y los romanos. Buscamos jóvenes filósofos en su sentido etimológico, es decir, amantes de la sabiduría, y sin temor al esfuerzo de pensar, de leer, de indagar.
Si dedicas parte de tu tiempo a las lenguas clásicas y a su cultura y te atreves a aprender, ésta es tu Gymkhana. La que te va a subir al Olimpo en busca de dioses crueles que no dejan vivir a sus hijos y bajar hasta el Hades tras los pasos de un músico enamorado; la que te hará recorrer el cielo de cuyos senderos se desvió el carro del astro que todo lo ve y el mar poblado por delfines de corazón humano; te introducirá en bosques llenos de peligros y ciudades entregadas al enemigo por obra de una pasión abrasadora; te presentará a dioses y hombres capaces de las mayores villanías y de las más altruistas acciones. Así eran, y así somos.
Empieza, pues, tu camino. Ante ti tienes doscientas cincuenta historias con las que Ovidio se convirtió en autor imprescindible para conocer la mitología clásica y para interpretar un sinfín de obras de arte. Sabérselas todas es tarea titánica que no será necesario cumplir en el breve plazo que nos separa del 24 de mayo, pues los organizadores no desean privarte del placer de que conozcas las más célebres y disfrutes de sus enseñanzas. Seguramente no las olvidarás nunca y ésta será tu contribución a que se siga cumpliendo, dos mil años después, el mayor deseo del poeta:
Mi nombre será imborrable y, por donde se extiende el poderío romano, seré leído por la boca del pueblo, y, a lo largo de todos los siglos, gracias a la fama viviré.
Nos lanzaremos a esa lucha titánica, con la sabiduría de Atenea y la fuerza de Hércules. Las dificultades de las pruebas no nos pararán, porque disfrutaremos en grata compañía de cada escollo del camino, con la confianza siempre puesta en Zeus.
ResponderEliminarQue Zeus os sea favorable y no haga descender tupidas nieblas ni mantenidos diluvios el 24 de mayo, que a veces se pone tonante y nos pasa por agua a los sufridos mortales.
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